Columna radiófonica emitida el 5 de marzo de 2014 en el programa “Pa’ que veas” de Radio Monóvar (sección ‘En el punto de mira’).
Frente a comercios cerrados y otros que continúan al borde del abismo, en Madrid, en la puerta de un bar, de los de toda la vida, los propietarios han colgado un cartel en el que se puede leer: “Se necesitan clientes. No es necesario experiencia”. Una dramática ironía que refleja a la perfección la situación agónica que los pequeños comercios de cualquier punto de la geografía española siguen padeciendo.

Fuente: ‘Zoom Boom Crash’, blog de Carlos Salas en lainformacion.com – http://kcy.me/10ju2
Ante el panorama real que vive la economía a pie de calle, la de los recortes y el paro, era de esperar que durante el Debate sobre el Estado de la Nación (DEN), el ejecutivo de Mariano Rajoy anunciase nuevas medidas económicas. Y así fue. Entre rifirrafes más o menos graciosos, más o menos electoralistas o más o menos relevantes, el Presidente del Gobierno anunció dos propuestas estrella: la (nueva) tarifa plana de 100€ en la cotización a la seguridad social y la exención del IRPF a todos aquellos que ganen menos de 12.000 euros al año.
Mientras conocemos cuál será la letra pequeña que acompañará la implantación de estas propuestas, hay algo que chirría. ¿Cómo casan estas medidas con la máxima del gobierno de aumentar la recaudación del estado? La incertidumbre se torna certeza al pensar que, detrás de estas medias, se esconde una nueva subida de impuestos, entre ellos, el IVA. De ahí el escepticismo. Cuesta mucho pensar que el propietario del bar de Madrid que busca clientes o cualquier otro pequeño empresario, se muestre tan eufórico como Mariano Rajoy durante el Debate. ¿Cómo van a mantener a un nuevo trabajador durante tres años si no saben si su negocio continuará en funcionamiento dentro de unos meses? ¿Cómo van a contratar si lo que falla es la demanda? Las Pymes no verán resultados hasta que los incentivos no se centren en fomentar el consumo.
El pequeño respiro que supone la bajada del paro del mes de febrero, invita a ser optimista, aunque con cautela. Porque el mensaje esperanzador del presidente del gobierno no calará hasta que la recuperación se note en el bolsillo de los ciudadanos y las mejoras que se vaticinan, dejen de ser sólo un espejismo.
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